Si estás empezando a hacer ejercicio para conseguir el cambio físico o simplemente quieres organizar mejor tu rutina, seguro que alguna vez te has preguntado: ¿Cuándo es mejor entrenar, por la mañana o por la tarde? La respuesta no es la misma para todo el mundo, pero sí que hay cosas buenas y malas en cada caso. Aquí te dejo un repaso para que puedas decidir qué te viene mejor.
Entrenar por la mañana
Lo bueno:
- Empiezas el día con energía
Hacer algo de deporte nada más levantarte te activa, te despeja y te pone de mejor humor para afrontar el día. - Es más fácil mantener la rutina
Si entrenas a primera hora, es menos probable que surjan imprevistos que te hagan saltarte el entrenamiento. Lo haces y te olvidas. - Duermes mejor por la noche
Al mover el cuerpo por la mañana, ayudas a regular tu ritmo de sueño y, en general, se descansa mejor. - Hay menos gente
A esas horas, los gimnasios y parques suelen estar más tranquilos. Si prefieres entrenar sin agobios, puede ser ideal.
Lo malo:
- El cuerpo está más frío
Justo al despertar, el cuerpo aún está un poco “dormido”. Es importante calentar bien para evitar lesiones. - Puede que te falte energía
Si no has comido nada o has dormido mal, entrenar puede hacerse cuesta arriba. - Tu rendimiento puede ser más bajo
Hay estudios que dicen que el cuerpo rinde más a última hora del día. Así que si buscas entrenamientos duros o mejorar marcas, quizá la mañana no sea tu mejor momento.
Entrenar por la tarde
Lo bueno:
- Mayor rendimiento físico
Por la tarde, la temperatura corporal es más alta y los músculos están más activos. Esto se traduce en más fuerza, mejor resistencia y mayor flexibilidad. - Ideal para liberar estrés
Después de un día largo de trabajo, estudio o tareas varias, entrenar es una forma genial de desconectar y soltar tensión. - Más energía disponible
Como ya has comido varias veces, el cuerpo tiene más “combustible” para tirar del carro.
Lo malo:
- Más distracciones o compromisos
A esa hora es más fácil que te surjan planes, obligaciones o simplemente que te venza la pereza después del día. - Puede afectar al sueño
Si haces ejercicio muy tarde y con mucha intensidad, a algunas personas les cuesta luego relajarse y conciliar el sueño.
Entonces, ¿cuál es el mejor momento?
La clave está en lo que a ti te funcione mejor. No hay una hora perfecta para todos. Lo importante es encontrar ese momento del día en el que te sientas bien entrenando y, sobre todo, que puedas mantenerlo en el tiempo. Probar ambos horarios durante unas semanas puede ayudarte a descubrir cuál se adapta mejor a tu ritmo de vida.
Y tú, ¿eres más de entrenar con el fresquito de la mañana o de soltarlo todo por la tarde?