
Vamos a ver hoy la relación entre frecuencia cardíaca y gasto calórico. En una entrada anterior dejo alguna pincelada sobre el gasto energético diario, que se compone del gasto calórico basal (en reposo) y el gasto que realizamos cuando estamos en movimiento. Pásate por ahí si no la has leído aún, es importante y está relacionada con lo que tratamos hoy.
Cuando decidimos realizar algún tipo de actividad física, lo primero que debemos tener en cuenta es qué cantidad aproximada de calorías queremos o estamos dispuestos a quemar. Digo esto porque, evidentemente, hay actividades más exigentes, que requieren un esfuerzo o intensidad mayor y, por lo tanto, van a aumentar nuestra ritmo cardíaco. Aspecto que es muy importante en el gasto calórico porque, a mayor frecuencia cardíaca, mayor cantidad de calorías por minuto gastamos.
Ejercicio aeróbico/cardiovascular (cardio)
Hay fórmulas para calcular nuestra frecuencia cardíaca máxima y así conocer los tramos en los que trabaja nuestro corazón al realizar cada actividad física. A nivel general, tu cuerpo empieza a hacer cardio a partir de 130 pulsaciones por minuto.
En este caso sería un ejercicio aeróbico porque hacemos llegar al organismo el oxígeno que necesita para continuar con esa actividad.
Ejercicio anaeróbico
Cuando el ritmo de nuestro corazón aumenta hasta rangos mayores, a partir de 150-160, se incrementa la dificultad de recibir el oxígeno necesario (más bombeo requiere más necesidad de oxígeno) para mantener ese ritmo y el ejercicio se torna anaeróbico. Este tipo de entrenamiento requiere de descansos/reposos en cortos espacios de tiempo, para poder recuperar la oxigenación.
Recursos energéticos para realizar las actividades físicas
Te facilito toda esta información porque, decíamos antes, mayor frecuencia equivale a mayor consumo energético y quema de calorías. Pero maticemos:
Cuando realizamos ejercicio cardiovascular estamos sobre todo oxidando las reservas de glucógeno (hidratos) que tenemos a nivel muscular y cuando se agotan comenzamos la lipólisis (quema de grasas). Sin embargo, cuando la mayor parte del ejercicio es anaeróbico (estamos por encima de las pulsaciones recomendadas para la quema de grasa) nuestro cuerpo va a recurrir a recursos más cercanos, lo que significa en ocasiones, que consume una pequeña cantidad de nuestra masa muscular cuando ya ha agotado el glucógeno.
Es por eso por lo que si quieres aumentar tu musculatura, después del entreno de fuerza no se recomienda realizar actividades que sobrepasen las 145-150 pulsaciones, para asegurar que lo que quemamos (oxidamos) es la grasa corporal.
En resumen, si realizas actividades en las que el ritmo cardiaco se sitúe entre 100-130 aproximadamente, la quema de calorías será moderada (3-4 calorías/minuto). Si situamos el rango entre 130-150/155 pulsaciones por minuto, el gasto calórico será mayor (8-10 cal/min) y provendrá sobre todo de la oxidación de nuestra grasa corporal. Y si superamos ese umbral, la quema de calorías será superior (aunque necesitaremos periodos de descanso) y si la actividad se prolonga nuestro cuerpo podría recurrir a nuestra masa muscular como alimento para poder continuar la actividad.