Buenasss! Seguro has oído hablar de “quemar grasa”, pero… ¿qué significa eso realmente? Hoy vamos al grano: tu cuerpo no derrite la grasa como una vela. Hablaremos de la lipólisis y la oxidación de grasa, que es mucho más interesante de lo que parece.
Primero, la lipólisis (romper la grasa)
Tu grasa corporal está almacenada en pequeñas “bodegas” llamadas adipocitos. Ahí vive en forma de triglicéridos, que básicamente son grasa compactada. Cuando tu cuerpo necesita energía —por ejemplo, cuando haces ejercicio o pasas tiempo sin comer— libera hormonas como la adrenalina que activan este proceso.
La lipólisis es el momento en el que esos triglicéridos se rompen en partes más pequeñas: ácidos grasos y glicerol. Es como desarmar una batería para usar su energía.
Después, la oxidación (usar la grasa como energía)
Esos ácidos grasos viajan por la sangre hasta lugares como los músculos. Allí, dentro de unas “fábricas” celulares llamadas mitocondrias, ocurre la oxidación de grasa. Es ahí donde realmente se «quema» y se transforma en energía que puedes usar para moverte, pensar o simplemente vivir.
Dato curioso que casi nadie te cuenta
No “sudas” la grasa ni desaparece mágicamente. El 84% de la grasa que pierdes se exhala como CO₂ (sí, ¡la respiras!), y el resto se convierte en agua. O sea, quemar grasa es básicamente respirar más fuerte y sudar un poco gracias a la energía que estás usando.
El resumen es que para quemar grasa se necesitan dos procesos: la lipólisis y la oxidación de grasa. Tu cuerpo primero la libera (lipólisis) y luego la usa como combustible (oxidación). Y aunque suene complicado, todo esto pasa en segundo plano, siempre y cuando le des motivos para activarlo: moverte más, comer mejor y descansar bien. Así que…dale caña! Y si te pasas por el perfil de Instagram de Fit Fácil y lo sigues, besito en la frente 🤣.
