Lo que debes saber sobre la lumbalgia (lumbago)

La lumbalgia en el deporte

Lumbalgia y entrenamiento de fuerza: lo que nadie te cuenta

Si alguna vez has sentido ese pinchazo traicionero en la parte baja de la espalda después de entrenar, tranquilo, no estás solo. La lumbalgia en el deporte (y también cuando no lo practicas) es más común de lo que parece, sobre todo entre quienes practicamos entrenamiento de fuerza. Y no, no significa que estés roto para siempre, pero sí es una señal de que algo hay que revisar.

¿Qué es la lumbalgia?

La lumbalgia es, básicamente, dolor en la zona lumbar, es decir, la parte baja de la espalda. Puede aparecer de forma repentina o ir aumentando poco a poco. A veces es solo una molestia leve, y otras… bueno, otras parece que te han partido por la mitad. Las causas pueden ser muchas, pero en el contexto del entrenamiento, suele estar relacionada con una técnica incorrecta, cargas excesivas o falta de movilidad.

La técnica lo es todo

Aquí no hay misterios: si haces sentadillas o peso muerto con la espalda como una «C», es cuestión de tiempo que aparezcan los problemas. La técnica en los ejercicios compuestos es clave. Más vale bajar el peso y hacerlo bien que querer impresionar al de al lado y acabar lesionado. A veces, un pequeño ajuste en la postura puede marcar la diferencia.

No todo es fuerza: movilidad y estabilidad

Muchos se centran solo en levantar más y más, pero se olvidan de lo básico: tener una base sólida. Fortalecer el core (sí, el famoso abdomen y zona media) y trabajar la movilidad de caderas y tobillos puede prevenir muchas lesiones. Una espalda estable y una buena movilidad hacen que el cuerpo se mueva como un conjunto, sin que la zona lumbar tenga que hacer trabajo extra.

¿Entrenar con dolor? Mejor no

Si ya sientes molestias en la lumbar, lo mejor es parar y reevaluar. No pasa nada por tomarse unos días de descanso o adaptar el entrenamiento. Empujar con dolor solo puede empeorar la situación. A veces con unos días de movilidad, estiramientos suaves y ejercicios de activación se resuelve. Y si el dolor persiste, toca pasar por el fisio, sin excusas.

Consejillo final

Escucha a tu cuerpo. El dolor no es normal, y menos en la espalda. Entrenar fuerte y buscar tu cambio físico está genial, pero hacerlo con cabeza es aún mejor. La lumbalgia en el deporte no tiene por qué ser el fin de nada, pero sí puede ser un aviso de que algo hay que mejorar.

¿Resumen de la historia? Técnica, paciencia y respeto al cuerpo. La fuerza real empieza ahí.

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